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Aguas residuales de un inodoro dispersaron un brote de coronavirus en china, revela estudio

Un equipo de investigadores chinos llevó a cabo un estudio que aseguran que el coronavirus se propaga también a través de las heces fecales, y afirman que fue así como se produjo un brote en la ciudad China de Guangzhou, en abril de este año.

En investigación, publicada en la revista Clinical Infectious Diseases, los científicos se ocuparon de un brote de COVID-19 que se produjo en Guangzhou, China.

El equipo le tomó muestras de mucosidades de garganta a 2,888 residentes de esa comunidad y recolectó otras más de superficies dentro y alrededor de sus hogares. Los funcionarios ordenaron o pidieron a los participantes que guardaran cuarentena en casa, dependiendo de qué tan cerca vivieran de la primera pareja infectada.

Entre el cinco y el 21 de abril, seis personas que vivían en un edificio separado pero adyacente al de la pareja dieron positivo al coronavirus. Los autores del estudio entrevistaron a los residentes y descubrieron que no habían visitado el mercado ni tenido contacto con los dos primeros casos.

Luego se descubrió que una tubería de alcantarillado conectada al inodoro de la vivienda de la pareja infectada, que corría a lo largo de la pared fuera de su edificio, tenía un agujero de 100 centímetros cuadrados. Los investigadores vertieron agua en ese inodoro y encontraron que el líquido salía por el agujero a un callejón, pasaba por cinco desagües cerca del edificio y llegaba justamente a la entrada de los edificios donde vivían los casos secundarios.

Examinaron la composición genética de las muestras de coronavirus, y se descubrieron que los virus encontrados en el inodoro y en las suelas de los zapatos de la pareja coincidían con los que habían infectado a los casos tres y ocho. También estaban en las aguas residuales de los casos secundarios. Los otros casos llevaron el virus a sus hogares a través de sus zapatos y neumáticos de bicicleta, cree el equipo.

La evidencia anterior sugiere que las personas infectadas con el coronavirus probablemente lo excretan, en particular cuando comienzan sus síntomas.

Al reconocer las limitaciones de su estudio, los autores destacaron que no podían proporcionar una prueba definitiva de que las aguas residuales causaran el brote, aunque esa explicación les parece la más probable.

Este hallazgo destacó la importancia de la gestión de aguas residuales, especialmente en lugares densamente poblados con malas medidas de higiene y saneamiento, como barrios marginales urbanos y otras comunidades de bajos ingresos en países en desarrollo.