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Personal sanitario en peligro por escasez de equipos de protección

El uso indebido de equipos de protección está dándole un giro inesperado y poco alentador a la situación actual del COVID-19.  La falta de guantes, mascarillas médicas, respiradores, gafas de seguridad, pantallas faciales, batas y delantales está poniendo vidas en peligro ante el nuevo coronavirus y otras enfermedades infecciosas, asegura la Organización Mundial de la Salud.

Atribuyen al pánico, las compras desmedidas y la falta de orientación el que las personas estén agotando los suministros. En los países que han detectado casos del virus los desinfectantes de manos y mascarillas se han agotado, a tal punto que la OMS hace un llamado a los gobiernos, la industria y la red de cadena de suministros para pandemias para impulsar la producción de equipos y asegurar su entrega a países gravemente afectados y en riesgo.

“Los precios de esos productos han aumentado desde el inicio de la epidemia de COVID-19. El precio de las mascarillas quirúrgicas se ha multiplicado por seis; el de los respiradores N95, por tres, y el de las batas, por dos”, indica la máxima autoridad de la salud.

Afirman que actualmente la entrega de suministros puede llevar meses y la manipulación del mercado es generalizada: las existencias se venden con frecuencia al mejor postor.

«Sin cadenas de suministro seguras, el riesgo para los trabajadores sanitarios en todo el mundo es real. La industria y los gobiernos deben actuar con rapidez para estimular el suministro, reducir las restricciones a la exportación y poner en marcha medidas con las que detener la especulación y el acaparamiento. No podemos detener la COVID-19 sin proteger primero a los trabajadores sanitarios», aseveró el Director General de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Según los modelos realizados por la OMS, se calcula que se necesitan 89 millones de mascarillas médicas al mes para responder a la COVID-19. En el caso de los guantes de examen, esa cifra asciende a 76 millones, mientras que la demanda internacional de gafas de seguridad se sitúa en 1,6 millones al mes.